lunes, 25 de abril de 2011

A




Ese día todo a nuestro alrededor estaba desnudo, menos nosotros; la primavera andaba lejos y nosotros demasiado cerca. No me atreví a decirte que amé esa simbiosis degenerada de Sinclair -Roquentin que te poseía de vez en cuando; que tambien escarbe en tu frente con mis ojos buscando el “estigma de C” y lo hallé a veces, mientras hacias tuya la mania párvula de A de llevarte todo a la boca y veía en tus ojos el nuevo sabor que había encontrado tu lengua.
Y me hice la cojuda fingiendo una “nausea en la manos”.

sábado, 9 de abril de 2011

Cierto?


Es tan cierto como adueñarme de ti y devorarte en el jardín de Epicuro. Y cagarme en ese miedo peludo, sexual, de carpa de circo en soledad, del que X veces ha hablado Abril. Y señalar con dedo burlón a San Agustín por afirmar que la sabiduría de hombre es la fe. Qué dices, me ayudas a quitarle los atributos a Eros? Yo me quedo con el arco. Anda! antes que el cuervo deje de posarse en mi ventana.